martes, 10 de marzo de 2009

NO OLVIDEMOS

El cuento del burro cargado nos muestra de que manera uno puede buscar aliviar su carga tomando como camino el facilismo, a la mayoría de las personas nos gusta las cosas buenas pero no queremos compromisos. Somos amantes del camino fácil. Anhelamos abrir carreteras y construir puentes sin ensuciarnos el overol. Queremos las esmeraldas sin meterse al barro. Queremos adelgazar comiendo de todo y sin hacer ejercicios. Entre otras cosas, entonces algo que nuca debemos olvidar es que: Quiénes quieren triunfar deben estar dispuestos a hacer los sacrificios que demanda el ideal que se han propuesto. Deben pagar la justa compensación por el éxito. "El que quiera comer la nuez tiene que romper la cáscara. El que quiera comer huevos deberá soportar a las gallinas", era el decir de los antiguos. ¡Y qué gran verdad!
Para alcanzar un ideal se debe pagar el precio, con trabajo perseverante que conduzca al fin que se ha propuesto. Nunca estar ociosos; ejercitar la mente y el cuerpo, trabajando con ardor.
Segundo, un sacrificio de todo lo que sea contrario al bien que se desea conseguir: Hay que sacrificar deseos, sentimientos, comodidades, estados mentales o emotivos que amenacen estropear u obstaculizar el propósito que se ha fijado. Debemos sacrificarnos por aquello que nos gustaría ser o hacer.

"Seguir el camino de menor resistencia es lo que hace que los hombres y los ríos se tuerzan".

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