jueves, 12 de marzo de 2009

LA ZORRA Y LA GUALLATA



"La chapur y la guallata eran comadres. Un día estaba la guallata con sus pollitos a la orilla de una laguna, iba pasando la chapur y le dijo: "Tan bonitos que son sus panis con esas pintitas ¿me podría enseñar cómo hacerlas?". "¡Claro, le contestó la guallata, yo te voy a enseñar! Lo que tienes que hacer primero es juntar leña y calentar bien el tatio y cuando esté bien caliente, agarras a tu panicota y las hechas al tatio y las tapas; luego empiezas a bailar cantando ¡guagua pinta, guagua pinta! y cuando oigas que se está chicharreando las sacas del tatio".
Muy contenta la chapur se fue para su casa, tomó a sus panicota, juntó la leña, prendió el tatio y metió a sus panicota, y empezó a bailar y a entonar la canción que la guallata le había enseñado, cuando escuchó el chicharreo, destapó el tatio y cual sería su sorpresa al ver que sus panicota estaban muertos. Muy enfurecida se fue donde la guallata, diciendo: "¡ya vas ha ver!, me voy a comer a tus panicota, por haberme matado a mis panicota, mientras se acercaba a la laguna, la guallata se reía por haber engañado a la chapur, cuando ésta se metía para comerse a los polluelos, estos se metían más adentro de la laguna.
Luego la chapur pensó en secar la laguna, entonces comenzó a beber agua y a vomitar, se hizo tarde y la chapur estaba muy cansada, así que decidió volver al día siguiente. Pero como la pobre iba muy hinchada se reventó con una piedra filuda que estaba en el camino, y así se murió la pobre chapur".
Este es uno de los mejores cuentos de Julio R. Olivera Oré, el mensaje que se puede extraer de este relato es que la ingenuidad, el poco conocimiento o conciencia de las circunstancias muchas veces acarrean diferentes dificultades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario